¿Cuántas veces te ha sucedido que terminas de pintar algo y olvidas enjuagar los pinceles? Lo peor es que cuando los quieres a utilizar nuevamente, olvidas en el estado que los habías dejado.
Por lo tanto tienes que limpiarlos, ¡y no sale con nada! O decides salir a comprar uno nuevo porque crees que ya no te sirven.